domingo, 15 de octubre de 2006

¡¡Pobres de los niños!!


Esto que diré quizá te haga sentir mal o triste, pero creo que es la pura verdad. ¿Te has puesto a pensar en lo fregados que están los niños hoy en día, especialmente los que viven en ciudades grandes como la gigantesca Ciudad de México?
Quizá te sorprenda un poco esto que estás leyendo, porque
hoy en día se habla mucho de proteger los derechos de los chamacos, de evitar abusos de todo tipo contra ellos y etc etc...
Sin embargo, en estos tiempos existe un abuso
contra los niños, no por parte de Michael Jackson o del Gober Precioso, sino ni más ni menos que de la misma sociedad que tanto los defiende y en ocasiones de los propios padres!
Veamos: una pareja decide casarse y al pri
ncipio todo va bien. Cada quien tiene su trabajo y los horarios son difíciles, pero así se conocieron y así se han adaptado a vivir. Sin embargo, cuando llega el primer querubín se impone la primer pregunta:
¿Quién lo va a cuidar? Ni la madre ni el padre qu
ieren o pueden dejar sus trabajos, así que la respuesta a dicha pregunta es: "Mi Agüelita", "Mi Mamá" o "Mi Tía Canuta"... y así vemos chamacos que van creciendo viendo
a sus padres unas pocas horas al día, educados por
la "Agüelita", la Tía Canuta... o por las maestras de la guardería.

El proble
ma es que ninguna de esas personas es la madre o el padre del retoño.


¿Entiendes lo que quiero decir ahora? No es mi intención acusar o juzgar a las parejas que están en estas situaciones, pero todas estas cosas que yo veo y que mis alumnos me cuentan me hacen pensar que algo terrible está pasando en estos tiempos modernos de globalización y tecnología avanzada.

Hace algunos meses, un alumno que es médic
o, me contó esta anécdota: Una madre llevó a su pequeño de 5 años a su consultorio porque había sufrido un accidente por la tarde. La madre, naturalmente, estaba angustiada, pero cuando el
médico le preguntó los antecedente
s y detalles del accidente, se encogió de hombros y le dijo que no sabía muy bien, y acto seguido llamó a la "agüelita" para que ella explicara. Ésta tampoco supo explicar muy bien lo que había
pasado porque ella estaba echándose u
n "coyotito" (durmiendo) en la sala de su casa cuando el asunto sucedió.
El médico, frustrado, le preguntó a la madre "¿Pues quién es la madre?" y la susodicha respondió "yo, pero es que yo trabajo y estaba en mi oficina cuando esto sucedió"....



Hay dos cosas que tengo que decir al respecto. Primero: los tiempos son difíciles y yo sé que ahora es necesario que la esposa y el esposo trabajen a fin de construir un hogar decente. No soy inconsciente de esto.
También sé que la mujer ahora
se prepara y estudia carreras universitari
as, hace maestrías, doctorados y toda la cosa, y que está cañón dejar todos esos años de preparación solo para dedicarse a trapear, barrer y hacer comida. Lo entiendo y soy de la idea de que la mujer tiene el mismo derecho que el hombre de prepararse y etc etc. La igualdad entre
hombre y mujer demanda que ambos se repa
rtan las obligaciones por igual. Todo eso está bien, y yo estoy de acuerdo.
El problema (y la segunda cosa que quiero decir) es ¿y cuando vienen lo
s niños?? ¿quién los va a cuidar?
Ante esto, creo que hay diferentes casos. Hay parejas que tienen tanta necesidad económica que a
mbos necesitan trabajar de por vida, para tener más o menos un nivel de vida decente. Sus obligaciones laborales demandan que ellos estén allí en el trabajo gran parte de su tiempo.
Aunque quieran no pueden abandonar sus trabajos y ni modo, la suegra, mamá, tía o abuela tienen que entrarle al quite, si no es que las chicas de la guardería. Son los padres biológicos, pero tristemente sus retoños serán educados por la abuela, tía o maestra, y de ellas será de quien reciban las ideas y conceptos sobre la vida, y no de ellos, como se supone que debe ser. Este es un caso triste, en mi opinión.

Espejismo de las madres que trabajan: "Guardería... hay lugares"

Otros casos, afortunadamente no tan comunes como el que acabo de describir, pero que existen, por desgracia, son de parejas francamente egoístas que pudiendo hacer un sacrificio, no están dispuestos a renunciar a su vida profesional solamente por un "chamaco", considerado casi un estorbo para sus dizque "metas personales".... un chamaco por cierto, que ellos decidieron traer al mundo y a quien jamás le pidieron opinión sobre su llegada al hogar. Una vez más, la Tía Canuta entra al quite en estos casos, si es que el chamaco no acaba en la guardería en manos extrañas. Este otro caso se me hace francamente intolerable, y lo he visto personalmente algunas veces aunque usted no lo crea.

Hay otros casos en los que la madre logra tener un
trabajo de medio tiempo y eso a mí se me hace la mejor de las situaciones. Mi hermana hace eso y le funciona bien porque la bebé solamente está en la guardería en las mañanas hasta las 2 de la tarde y el resto del día ella está personalmente a su cuidado. Peor es nada.
El detalle aquí es que mi hermana vive en una ciudad pequeña, e
n donde es más probable encontrar un trabajo así y en donde las distancias son cortas y no te hacen perder horas y horas de tu tiempo valioso en el tráfico.

En las ciudades grandes (y a veces en las no tan grandes), las empresas
parecen querer exprimir todo lo que puedan d
e sus sufridos trabajadores (eso sí, por el mismo salario de siempre) y demandan más y más de su tiempo. Tengo alumnos (y alumnas) que algunos días terminan de trabajar ¡¡a las 2 o 3 de la mañana!! ¡Ya no hay tiempo para nada que no sea el trabajo!

Cualquiera que sea el caso de las parejas, ya sea víctimas del ritmo moderno de vida de las grandes ciudades, o culpables de egoísmo profesional, el asunto es que los niños siempre serán los que salen perdiendo, y esto es una tragedia desde mi personal punto de vista. Podemos explicar, justificar y decir, pero aún con todo, "gracias" al vertiginoso ritmo de vida de las grandes ciudades es cada vez menor el tiempo que los niños disfrutan la compañía de sus padres, y por mucho que manejemos el concepto "tiempo de calidad", los niños no lo entenderán. Lo único que ellos saben es que necesitan estar con sus padres.


El gran abuso es que los padres ya no tienen tiempo para sus niños... de hecho ya no tienen tiempo para ninguna otra cosa que no sea sus trabajos.
La gran culpabilidad que esto genera hace que los padres quieran compensar esta gran falla con co
mprarles miles de
cosas caras, consentirlos demasiado, etc... pero un niño necesita a sus padres siempre, no solamente el fin de semana. Y los necesita porque ellos son quien se supone deben cuidarlo, orientarlo, corregirlo y etc etc, no la Tía Canuta o la "Agüelita".
¿Quién tiene la culpa? ¿Las empresas por demandar tanto tiempo de los trabajadores? ¿Los padres por traer al mundo niños a los que no les van a dedicar el tiempo que necesitan? No sé, pero si todos se escandalizan de los abusos del tal Michael Jackson, ¿por qué nadie protesta contra esta situación altamente abusiva también?


"If electricity comes from electrons, does morality come from morons?"